Campaña Mundial por la Educación
Comunicado de prensa
1 de abril de 2009
Mensaje al G20: no se olviden de los más pobres del mundo;
financien la educación o millones de personas seguirán sin tener
acceso.
En la víspera de la reunión del G20, la Campaña Mundial por la Educación hace un
llamamiento a los dirigentes mundiales para que renueven los compromisos de ayuda a la educación. El mundo no puede permitirse dejar aparte a los más desfavorecidos; es necesario establecer estrategias de ayuda destinadas a las poblaciones pobres para que continúe el progreso hacia la Educación para Todos. De no hacerlo, los millones de niños y niñas recientemente escolarizados se verán obligados a abandonar sus estudios.
“No son los pobres los que han causado esta crisis – lo mínimo que puede hacer el G20 es construir un mundo mejor para las generaciones futuras, defendiendo y reforzando los frágiles avances realizados en educación en los últimos años”, afirmó Kailash Satyarthi, Presidente de la Campaña Mundial por la Educación.
Los debates sobre la crisis financiera mundial prosiguen con motivo de la reunión de los dirigentes mundiales en Londres esta semana. En la agenda, predominan los puntos destinados a reforzar los estímulos fiscales en los países ricos, la regulación de las instituciones financieras, los mercados y las prácticas, así como un mayor papel del FMI.
Sin embargo, son los más pobres del mundo quienes sufren los peores efectos de la crisis mundial y los activistas de la campaña se inquietan ante la perspectiva de una
marginalización de sus necesidades durante los debates.
“El lento pero continuado avance hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio,
especialmente en educación, corre el riesgo de destruirse en el clima actual. Las familias que luchan por sobrevivir se verán obligadas a poner a sus hijos a trabajar para poder hacer frente a sus necesidades básicas”, apunta David Archer, miembro del Consejo de la Campaña Mundial por la Educación.
La educación pública es una de las mejores inversiones que se pueden realizar
actualmente. Un sólo año de escolarización puede incrementar el futuro salario de una joven en un 10‐20%. Invertir en educación permite proteger a los más desfavorecidos de los perjuicios económicos más severos. Las personas sanas y con estudios tienen más oportunidades de participar y de contribuir en sus sociedades, además de constituir una línea defensiva para la supervivencia y la recuperación económica de un país.
El G20 debe actuar de inmediato para impedir que la crisis destruya las esperanzas de las generaciones futuras de salir de la pobreza a través de la educación. La ayuda a la educación básica ya ha descendido a 4.400 millones USD anuales, frente a los 16.000 millones USD que serían necesarios para garantizar la ‘Educación para Todos’. El descenso de los productos interiores dará lugar a una reducción de la inversión pública en servicios educativos. Las políticas inflexibles del FMI limitan aún más la capacidad de los gobiernos de liberar parte de sus recursos y, paralelamente, dan lugar a un desvío de los fondos distribuidos para la ayuda.
Los países ricos tienen los recursos necesarios para proteger a sus ciudadanos de las consecuencias más graves de la catástrofe económica actual. Sólo la ayuda a los bancos (sin incluir otros programas de inversión pública) alcanza actualmente 375.000 millones USD. Los países en desarrollo también tienen derecho a recibir recursos y a disponer de libertad para implementar las políticas que mejor protejan a sus ciudadanos frente a una mayor pobreza e ignorancia.
Reivindicaciones de la Campaña Mundial por la Educación:
• Los países ricos deben asumir los compromisos de ayuda fijados en 2005,
añadiendo 4.500 millones USD adicionales anuales para compensar el déficit
causado por la reducción del PIB.
• Los países ricos deben hacer frente a sus cuotas respectivas de financiación del
déficit de la ‘Educación para Todos’, que asciende a 16.000 millones USD anuales,
en su totalidad y de manera previsible.
• Las instituciones financieras internacionales deben emprender reformas de
gobernación, de manera que los países más afectados por sus iniciativas tengan
una mayor autonomía para garantizar la equidad social.
• Es necesario que los nuevos flujos de fondo y líneas de crédito, asignados al FMI,
estén condicionados a reformas sustanciales en la recomendación de políticas y en
los instrumentos de crédito destinados a los países de renta baja, para conseguir
una mejor alineación entre la política macroeconómica y los objetivos de la EPT.
• Los países en desarrollo deben tener acceso a condiciones de crédito que se
correspondan con sus necesidades y capacidades, incluida la implementación del
programa de los derechos especiales de giro del FMI.
Comunicado de prensa
1 de abril de 2009
Mensaje al G20: no se olviden de los más pobres del mundo;
financien la educación o millones de personas seguirán sin tener
acceso.
En la víspera de la reunión del G20, la Campaña Mundial por la Educación hace un
llamamiento a los dirigentes mundiales para que renueven los compromisos de ayuda a la educación. El mundo no puede permitirse dejar aparte a los más desfavorecidos; es necesario establecer estrategias de ayuda destinadas a las poblaciones pobres para que continúe el progreso hacia la Educación para Todos. De no hacerlo, los millones de niños y niñas recientemente escolarizados se verán obligados a abandonar sus estudios.
“No son los pobres los que han causado esta crisis – lo mínimo que puede hacer el G20 es construir un mundo mejor para las generaciones futuras, defendiendo y reforzando los frágiles avances realizados en educación en los últimos años”, afirmó Kailash Satyarthi, Presidente de la Campaña Mundial por la Educación.
Los debates sobre la crisis financiera mundial prosiguen con motivo de la reunión de los dirigentes mundiales en Londres esta semana. En la agenda, predominan los puntos destinados a reforzar los estímulos fiscales en los países ricos, la regulación de las instituciones financieras, los mercados y las prácticas, así como un mayor papel del FMI.
Sin embargo, son los más pobres del mundo quienes sufren los peores efectos de la crisis mundial y los activistas de la campaña se inquietan ante la perspectiva de una
marginalización de sus necesidades durante los debates.
“El lento pero continuado avance hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio,
especialmente en educación, corre el riesgo de destruirse en el clima actual. Las familias que luchan por sobrevivir se verán obligadas a poner a sus hijos a trabajar para poder hacer frente a sus necesidades básicas”, apunta David Archer, miembro del Consejo de la Campaña Mundial por la Educación.
La educación pública es una de las mejores inversiones que se pueden realizar
actualmente. Un sólo año de escolarización puede incrementar el futuro salario de una joven en un 10‐20%. Invertir en educación permite proteger a los más desfavorecidos de los perjuicios económicos más severos. Las personas sanas y con estudios tienen más oportunidades de participar y de contribuir en sus sociedades, además de constituir una línea defensiva para la supervivencia y la recuperación económica de un país.
El G20 debe actuar de inmediato para impedir que la crisis destruya las esperanzas de las generaciones futuras de salir de la pobreza a través de la educación. La ayuda a la educación básica ya ha descendido a 4.400 millones USD anuales, frente a los 16.000 millones USD que serían necesarios para garantizar la ‘Educación para Todos’. El descenso de los productos interiores dará lugar a una reducción de la inversión pública en servicios educativos. Las políticas inflexibles del FMI limitan aún más la capacidad de los gobiernos de liberar parte de sus recursos y, paralelamente, dan lugar a un desvío de los fondos distribuidos para la ayuda.
Los países ricos tienen los recursos necesarios para proteger a sus ciudadanos de las consecuencias más graves de la catástrofe económica actual. Sólo la ayuda a los bancos (sin incluir otros programas de inversión pública) alcanza actualmente 375.000 millones USD. Los países en desarrollo también tienen derecho a recibir recursos y a disponer de libertad para implementar las políticas que mejor protejan a sus ciudadanos frente a una mayor pobreza e ignorancia.
Reivindicaciones de la Campaña Mundial por la Educación:
• Los países ricos deben asumir los compromisos de ayuda fijados en 2005,
añadiendo 4.500 millones USD adicionales anuales para compensar el déficit
causado por la reducción del PIB.
• Los países ricos deben hacer frente a sus cuotas respectivas de financiación del
déficit de la ‘Educación para Todos’, que asciende a 16.000 millones USD anuales,
en su totalidad y de manera previsible.
• Las instituciones financieras internacionales deben emprender reformas de
gobernación, de manera que los países más afectados por sus iniciativas tengan
una mayor autonomía para garantizar la equidad social.
• Es necesario que los nuevos flujos de fondo y líneas de crédito, asignados al FMI,
estén condicionados a reformas sustanciales en la recomendación de políticas y en
los instrumentos de crédito destinados a los países de renta baja, para conseguir
una mejor alineación entre la política macroeconómica y los objetivos de la EPT.
• Los países en desarrollo deben tener acceso a condiciones de crédito que se
correspondan con sus necesidades y capacidades, incluida la implementación del
programa de los derechos especiales de giro del FMI.
English
Press Release
1st April 2009
Message to G20: don’t fail the world’s poorest, fund education or millions will miss
out
As the G20 prepares to meet tomorrow, the Global Campaign for Education calls for
leadership and renewed aid commitments to education. The poorest cannot be failed -
the world cannot afford it. Aid and pro-poor policies must be put in place to ensure
that the progress towards Education for All is not lost. A failure to do so will result in
millions of children, recently given the chance to go to school, being forced to drop
out.
“Poor people didn’t make the crisis – the least the G20 can do is make a better world
for future generations by defending and extending the fragile gains made in education
over the last few years”, comments Kailash Satyarthi, President of the Global
Campaign for Education
Talks of the global financial crisis continue as world leaders gather in London this
week. The agenda is set to be dominated by further fiscal stimulus in rich countries,
regulation of financial institutions, markets and practices, and an expanded role of the
IMF. Yet it’s the world’s poorest feeling the worst effect of the global crisis, and
campaigners are increasingly concerned that their needs will be marginalised in the
debates.
“Slow but steady progress towards the Millennium Development Goals, especially in
education, risk being swept away by the current climate. Families struggling to
survive will resort to sending their children to work to meet their basic needs”, David
Archer, Board Member of the Global Campaign for Education.
The Global Campaign for Education is calling for:
* Rich countries to meet the 2005 aid targets, adding an additional $4.5 billion per
year to make up for the deficit caused by contracting GNI.
* Rich countries to ensure that they pay the full share of the ‘Education for All’
financing gap of $16 billion per year on a predictable basis to ensure.
* International financial institutions to undertake governance reforms so that the
countries most affected by their actions have a greater say to ensure equity.
* New revenue streams and lines of credit, extended to the IMF, to be conditional
on substantive reforms in their policy advice and lending instruments to low-income
countries, to better align macroeconomic policy and EFA goals.
* Developing countries to be given access to credit lending terms that are
responsive to their needs and capacities, including implementation of the IMF’s
Special Drawing Rights programme.
Press Release
1st April 2009
Message to G20: don’t fail the world’s poorest, fund education or millions will miss
out
As the G20 prepares to meet tomorrow, the Global Campaign for Education calls for
leadership and renewed aid commitments to education. The poorest cannot be failed -
the world cannot afford it. Aid and pro-poor policies must be put in place to ensure
that the progress towards Education for All is not lost. A failure to do so will result in
millions of children, recently given the chance to go to school, being forced to drop
out.
“Poor people didn’t make the crisis – the least the G20 can do is make a better world
for future generations by defending and extending the fragile gains made in education
over the last few years”, comments Kailash Satyarthi, President of the Global
Campaign for Education
Talks of the global financial crisis continue as world leaders gather in London this
week. The agenda is set to be dominated by further fiscal stimulus in rich countries,
regulation of financial institutions, markets and practices, and an expanded role of the
IMF. Yet it’s the world’s poorest feeling the worst effect of the global crisis, and
campaigners are increasingly concerned that their needs will be marginalised in the
debates.
“Slow but steady progress towards the Millennium Development Goals, especially in
education, risk being swept away by the current climate. Families struggling to
survive will resort to sending their children to work to meet their basic needs”, David
Archer, Board Member of the Global Campaign for Education.
Public education is one of the best investments that can be made right now. A single
year of schooling can increase a girl’s future income by 10-20%. Investing in
education protects the poorest from some of the worst economic harm. Educated and
healthy people have the best opportunities to participate in and make lasting
contributions to their societies, and are the strongest line of defence for any country’s economic survival and comeback.
The G20 must act now to prevent the crisis from undermining the prospects for future generations to lift themselves out of poverty through education. Aid to basic
education has already dropped to $4.4 billion per year, against the $16 billion needed
to ensure ‘Education for All’. Shrinking domestic revenues will lead to falls in public
investment in education services. Inflexible IMF policies further restrict governments’ ability to free up own resources whilst at the same time result in diversion of aid flows.
Rich countries have the resources to protect their own citizens from the worst impacts of economic disaster. Investment in banks alone (not including other public
investment programmes) has reached $375 billion already. Developing countries must also be given the resources and freedom to pursue policies that will protect their people from slipping further into poverty and ignorance.
year of schooling can increase a girl’s future income by 10-20%. Investing in
education protects the poorest from some of the worst economic harm. Educated and
healthy people have the best opportunities to participate in and make lasting
contributions to their societies, and are the strongest line of defence for any country’s economic survival and comeback.
The G20 must act now to prevent the crisis from undermining the prospects for future generations to lift themselves out of poverty through education. Aid to basic
education has already dropped to $4.4 billion per year, against the $16 billion needed
to ensure ‘Education for All’. Shrinking domestic revenues will lead to falls in public
investment in education services. Inflexible IMF policies further restrict governments’ ability to free up own resources whilst at the same time result in diversion of aid flows.
Rich countries have the resources to protect their own citizens from the worst impacts of economic disaster. Investment in banks alone (not including other public
investment programmes) has reached $375 billion already. Developing countries must also be given the resources and freedom to pursue policies that will protect their people from slipping further into poverty and ignorance.
The Global Campaign for Education is calling for:
* Rich countries to meet the 2005 aid targets, adding an additional $4.5 billion per
year to make up for the deficit caused by contracting GNI.
* Rich countries to ensure that they pay the full share of the ‘Education for All’
financing gap of $16 billion per year on a predictable basis to ensure.
* International financial institutions to undertake governance reforms so that the
countries most affected by their actions have a greater say to ensure equity.
* New revenue streams and lines of credit, extended to the IMF, to be conditional
on substantive reforms in their policy advice and lending instruments to low-income
countries, to better align macroeconomic policy and EFA goals.
* Developing countries to be given access to credit lending terms that are
responsive to their needs and capacities, including implementation of the IMF’s
Special Drawing Rights programme.
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